Alejandra / 8 de mayo de 2008 |
El otro día estuve ordenando fotos. Con el final del curso y el enganche bloguero adquirido en fechas recientes llevo un retraso tremendo. La principal ventaja que se les supone a las cámaras digitales se ha convertido en su mayor inconveniente y si te descuidas un poco acumulas varios cientos que debes purgar. Buenas buenas, nunca hay más de tres o cuatro.
En eso estaba cuando apareció la foto de la que muestro aquí un insignificante detalle. Se trata de mi hija Alejandra vestida de damita de honor hace un par de semanas en Córdoba para la boda de su tía más pequeña, su madrina. Estaba sentada en el escalón de la iglesia esperando la llegada de la novia cuando capté el brillo de su mirada en una de esas tomas que sólo salen bien de vez en cuando. Tendréis que creerme si os digo que estaba preciosa vestida de blanco con su cabeza adornada por una coronita de flores. Al llegar la novia nos sorprendió a todos desfilando delante de ella como si fuese la cosa más natural del mundo, sonriente y encantada de sentirse el centro de atención de las miradas. Esa bella imagen me ha inspirado el siguiente haiku:
En eso estaba cuando apareció la foto de la que muestro aquí un insignificante detalle. Se trata de mi hija Alejandra vestida de damita de honor hace un par de semanas en Córdoba para la boda de su tía más pequeña, su madrina. Estaba sentada en el escalón de la iglesia esperando la llegada de la novia cuando capté el brillo de su mirada en una de esas tomas que sólo salen bien de vez en cuando. Tendréis que creerme si os digo que estaba preciosa vestida de blanco con su cabeza adornada por una coronita de flores. Al llegar la novia nos sorprendió a todos desfilando delante de ella como si fuese la cosa más natural del mundo, sonriente y encantada de sentirse el centro de atención de las miradas. Esa bella imagen me ha inspirado el siguiente haiku:
Flores de mayo
brillo que duerme en su alma,
luz de inocencia.
P.S. No sé si exagero al no mostrar en mi blog la foto completa. Con mucho gusto la compartiría pero no está Internet como para ir dejando por ahí perdidas fotos de preciosidades de tres años. Es una lástima, pero es lo que hay.