Hace poco menos de un mes, mientras me decidía a abrir mi blog, me dio por escribir esta entrada. No sé si es apropiado recuperar una noticia ya pasada pero ésta no la quiero pasar por alto. Con ella inauguro mi sección "Tercio de Varas".
El pasado 16 de abril, mientras me afeitaba, escuché en el boletín informativo que el Gobierno de Cataluña recibiría 47,5 millones de euros, un 32% más que el año anterior, para el desarrollo de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a la Dependencia. El acuerdo que firmaba personalmente la recién estrenada Ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, dejaba de repartir los fondos en función de la población dependiente de cada autonomía y un porcentaje pasaba a distribuirse por el número de casos ya valorados, aspecto que parecía beneficiar claramente a Cataluña. Hasta ahí bien, pero...
Hablaron también de la Consejera de Acción Social y Ciudadanía, Carme Capdevila, que había afirmado lo siguiente: "estos criterios benefician a Cataluña, es un «premio al trabajo bien hecho»".
Hablaron también de la Consejera de Acción Social y Ciudadanía, Carme Capdevila, que había afirmado lo siguiente: "estos criterios benefician a Cataluña, es un «premio al trabajo bien hecho»".
¡Coño! casi me corto. ¿No fue en Cataluña dónde un invidente recibió meses atrás una carta comunicándole que le correspondía una paga de un céntimo mensual como ayuda por la Ley de Dependencia?
¡Buen trabajo! Sí señor.
¡Bona feina! que se dice en catalán o "buena faena" si lo castellanizamos.
N.B. ¡Ricardo! Leña al mono.